CASTILLO DE SIGÜENZA

El castillo de los Obispos de Sigüenza es un palacio-fortaleza situado en el municipio español de Sigüenza (Guadalajara) España. Erigido en el primer cuarto del siglo XII sobre otro anterior musulmán de comienzos del siglo VIII.

HISTORIA
Tiene remotos orígenes romanos. Los moros levantaron un primer castillo o alcazaba.

Conquistado para el Reino de Castilla definitivamente en 1124, a los almorávides, por las mesnadas del arzobispo de Toledo Bernardo de Agén (c.1080-1152), de la Orden de Cluny, reinando en Castilla Doña Urraca, hija de Afonso VI, el que tomó Toledo, y madre de Alfonso VII, de la casa de Borgoña, llamado El Emperador. Desde entonces fue propiedad y feudo de los obispos de Sigüenza.

En 1298 sufrió el asalto por sorpresa de los partidarios del Infante Alfonso de la Cerda (1270-1333), aspirante al trono de Castilla, en la guerra que había en Castilla contra el rey niño Fernando IV (1285-1312). Estos asaltantes fueron desalojados por los vasallos del obispo García Martínez​ tras quemar las puertas del castillo mediante una cuba llena de tocino.

A principios del siglo XIV el obispo Simón Girón de Cisneros​ levantó la nueva puerta defendida por dos torres gemelas que da a la parte de la ciudad, y en 1355 Pedro I de Castilla se apoderó del castillo desterrando a su obispo, D. Pedro Gómez Barroso,​ y encarcelando en una torre a su esposa, Doña Blanca de Borbón (1339-1361) para evitar que sirviera de apoyo a los nobles que querían deponerle del trono. Cuatro años permaneció confinada Doña Blanca en este castillo (1355-1359): cuando llegó, ya casada, tenía tan sólo dieciséis años. Moriría asesinada a los veintidós años.

Durante el siglo XV sirvió de refugio contra las razias efectuadas por los navarros, durante la guerra de los Infantes de Aragón. El obispo Fernando Luján (1449-1465) mandó por entonces que todos los habitantes de Sigüenza acudieran armados a las murallas ante el toque de campana, so pena de la confiscación de sus bienes. A la muerte de Luján, en 1465, Diego López de Madrid fue elegido obispo sin la aprobación papal, y se hizo fuerte en el castillo. Aunque el papa no le reconoció en el cargo, resistió allí durante tres años, al cabo de los cuales la fortaleza no fue tomada por las armas sino por la traición de un criado. Le sucedió el gran Cardenal Mendoza (1428-1495), que siendo primero obispo de Sigüenza, mandó levantar la gran barbacana (o antemuro) que defiende las puertas y transformó la fortaleza en un palacio, similar por sus dependencias a las actuales del Parador.

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Imágenes: Malaya, Randi Hausken.