A 10 km al oeste de Guissona, se alza sobre una pequeña colina, la silueta del pueblo de Florejacs, enmarcada por la torre del castillo y por el campanario de la iglesia.
DESCRIPCIÓN
En la fachada que da a la calle de abajo, empezando por la izquierda, en la segunda planta hay tres pequeñas ventanas. En la planta siguiente, hay tres ventanas en la parte izquierda, más a la derecha hay un balcón con barandilla de hierro, más a la derecha hay una ventana con antepecho, a su derecha hay dos ventanas más sencillas. En la planta siguiente, hay tres ventanas en la parte izquierda, y cuatro en la parte derecha. A la izquierda de la fachada está la torre, donde en la planta baja, hay una entrada que da a la calle Avall, a la derecha de la entrada hay una apertura. Unos metros encima, hay una balcón con barandilla de hierro que rodea la torre. Hay un acceso orientado al oeste y uno al sur. Hay varias pequeñas aberturas a lo largo de la torre. Pasada la entrada de la torre, dando a una calle casi cerrada, que es donde está la entrada al edificio, hay dos entradas con arco de medio punto, y en las dos plantas siguientes, hay dos ventanas. Hay otra entrada orientada al oeste con arco de medio punto, encima hay un balcón con barandilla de hierro y al siguiente piso una ventana.
En la plaza del Castillo se abre la puerta de entrada, mientras que a mano izquierda queda la que se destinaba a caballerías y carruajes, comunicada con la cuadra y, al fondo, con bodegas y el calabozo. En un patio que en su tiempo fue un cementerio exterior, se abría la puerta que daba a la capilla románica del castillo. Por una escalera situada en la entrada, se llega a la planta noble, ocupada principalmente por salitas y salones.Del salón, parte otra escalera que lleva a una sala, decorada con armas, que da acceso a las dependencias y dormitorios de la planta alta.
HISTORIA
Las primeras menciones documentales del castillo de Florejacs son del siglo XI, si bien probablemente existía una fortificación más antigua, sobre la que se construyó el castillo medieval. No sólo se han encontrado algún vestigio ibérico, sino que el mismo nombre de la fortaleza podría muy bien, fue derivado de Loreac, que en lengua ibérica querría significar “elevación fortificada de las flores”. El nombre fue latinizado por los romanos, como Floriacus, y de ahí pasó a Florejacs.
Durante la reconquista de Cataluña de manos de los sarracenos, el gran jefe de la zona, Arnau Mir de Tost, señor de Àger, construyó o consolidó, con toda probabilidad, el castillo medieval de Florejacs, al fin de sus campañas, hacia el año 1063.
Monreal-De Riquer añaden que el 1099, en un documento publicado en la «Marca Hispánica» de P. de Marca, se hace referencia a los «terminos de Floreiachs». Pere Ponç, en la donación a la canónica de Urgell hecho en 1100, habla de la «villa que vulgo dicitur floriag», y un documento de 1131 nos da a conocer el «castrum Floriaci», que seguramente se referirá al mismo. En la concordia de 1307, el rey concedió al conde de Urgell íntegra jurisdicción de la Morana, Siges y Florejacs ». Entendemos que puede estar vinculado con Florejacs cierto repoblador de Lleida, Miró de Floregai, procedente de la Segarra que en 1150, o sea apenas de hecha la conquista de la ciudad leridana, resultó beneficiado con un solar, en alodio. Unos años después, en 1172, los templarios le concedían, en censo, una viña cercana a Lleida. En un documento del 1258, interviene Bernat de «Florejachs», quien está expresado como hijo de Berenguer de Montbrió. A comienzos del siglo XIV el castillo de Florejacs pertenecía a Alamany de Cervelló, pues en 1304 testó Guerau Alamany, concediendo franqueza de toda servidumbre, por el término de diez años a partir de su muerte, a los pobladores de Florejacs y les Sitges.
En el censo de hacia el 1381, Florejacs, con 4 fuegos, figura en la veguería de Lleida. Florejacs era una villa amurallada de considerable importancia, a juzgar por los anchos paños de muro ataludado que conserva. El resto más interesante es el portal esquinero que se abre bajo una torre alta y cuadrada, en el interior de la que aún se ven las bisagras de piedra de la pesada puerta que la cerraba. Parece que esta magnífica torre, de una construcción característica del siglo XIV, formaba parte de un gran castillo arrimado a la muralla, queda memoria en la tradición local.
En la Edad Media, no existía el pueblo, y tan sólo vivían en el lugar los habitantes del castillo y un reducido número de personas de su servicio. Según datos del año 1380, Florejacs sólo constaba de 4 fuegos.
https://ca.wikipedia.org/wiki/Castell_de_Florejacs
Imágenes: Angela LLop, Kalagard