LA IGLESIA CATÓLICA EN LA EDAD MEDIA
La Iglesia católica, en el siglo V, se había extendido por casi todo el territorio del Imperio romano (desde Hispania hasta Siria, con las zonas costeras del norte de África). Posteriormente, se realizaron misiones hacia zonas del norte de Europa, que llegaron hasta Irlanda, Gran Bretaña, Germania, y posteriormente zonas de Escandinavia, Centroeuropa y las poblaciones eslavas del Este. Este largo proceso abarca de los siglos V al XI. Buena parte de estas misiones, así como el trabajo de recristianizar los territorios del antiguo Imperio romano de Occidente, fue posible gracias a los monasterios, sobre todo a los benedictinos. La expansión de poblaciones convertidas al islam llevó a un progresivo declive de las poblaciones católicas del norte de África.
En el año 1054 se produce el Gran Cisma entre la Iglesia Católica, en occidente, y la Iglesia Ortodoxa, en Oriente, a causa de las rivalidades entre los patriarcados de Roma y Constantinopla respectivamente y sus discrepancias Teológicas.
Durante los siglos XI y XIV se produce un gran desarrollo cultural gracias a la institución de nuevas universidades eclesiásticas, centradas sobre todo en la teología, pero también con facultades de artes, de derecho y, en algunos lugares, de medicina.
En el siglo XIII fueron fundadas y empezaron a desarrollarse las órdenes mendicantes, que tuvieron un gran influjo en la vida religiosa de la sociedad.
Hacia finales del siglo XIV se produjo un cisma, conocido como Cisma de Occidente, que afectó a la Iglesia católica desde 1378 hasta 1417, y que provocó fuertes tensiones y el surgimientos de ideas de tipo conciliaristas, según las cuales un concilio podría tener más autoridad que el papa en algunos puntos. El conciliarismo fue condenado en el concilio V de Letrán en 1516.
CLERO SECULAR
Se compone de personas religiosas que viven entre la población y difunden el mensaje religioso entre la gente. En primer lugar se encuentra el alto clero, formado por obispos y arzobispos, que mandan sobre una zona denominada diócesis. Cada diócesis está compuesta por pequeñas parroquias gestionadas por los sacerdotes. Estos, en segundo lugar, vigilan la vida moral de las gentes, oran por ellos, les absuelven de sus pecados, les administran los sacramentos y ofrecen la misa de los domingos.
CLERO REGULAR
Se compone por las personas religiosas que pertenecen a una orden religiosa y viven regidos por una determinada regla monástica y practicando los votos de los de pobreza, castidad y obediencia. Cada Orden sigue la Regla de un santo y viste con un hábito de un determinado color. Viven recluidos en conventos o monasterios dedicados al lema «ora et labora», a rezar y trabajar. Estos monjes además de los votos no pueden poseer bienes materiales. Alguna orden tenía algún voto añadido.