CASTILLO DE VERDERA

El castillo de Verdera (o de San Salvador de Verdera o más a menudo simplemente de San Salvador) es una fortificación medieval situada en la cima de San Salvador Saverdera, a 670 m sobre el nivel del mar, el pico más alto de la sierra de Rodes, que en este sector toma el nombre de montaña o sierra de Verdera, en el municipio del Port de la Selva en el Alt Empordà.

Sólo se puede acceder a pie. El acceso más fácil es por N, desde el monasterio de Sant Pere de Rodes, por un sendero que sube por la montaña. El acceso por el SO, desde la ermita de San Onofre, en Palau-saverdera, es mucho más empinado y escarpado.

Desde el pico donde está el castillo se domina un panorama privilegiado y espectacular. Por S y el O se contempla toda la llanura del Alt Empordà, con el golfo de Roses, hasta el macizo del Montgrí y las islas Medes. Grandes extensiones de mar al SE y al NE. Al E, las montañas que forman la península del cabo de Creus.

Al N y NO, las estribaciones de la sierra de la Albera y buena parte de los Pirineos orientales, con el Bassegoda, el Comanegra, la Virgen del Monte, el Puigsacalm y el Canigó. Norte allá se divisa también parte de la llanura del Rosellón. En días muy claros pueden verse la Roca del Faro, el Matagalls y el Montseny, y se dice que incluso, si la tramontana lo favorece, la Provenza y Mallorca.

En las laderas inmediatos de la Verdera hay, por N, el monasterio de Sant Pere de Rodes, situado en un rellano poco más abajo del castillo, el antiguo pueblo medieval de Santa Creu de Rodes y el del Valle de Santa Creu. Por NE, los de la Selva de Mar y el Port de la Selva. Por SO, Palau Saverdera.

Este nido de águilas sirvió de defensa del monasterio, de atalaya contra la piratería, de santuario y de mirador residencial de los condes de Empúries. Actualmente, sus ruinas sirven de hito entre los términos municipales del Port de la Selva, Palau Saverdera y la Selva de Mar.

El castillo de Verdera

HISTORIA
Se distinguen dos etapas constructivas y que explican la diversidad de nombres con que es conocido. Una primera etapa, plenamente románica, desde el siglo IX hasta finales del siglo XIII, en la que se construyó el primitivo castillo roquero, inicialmente condal y después monacal, que los documentos de la época llaman “castillo de Verdera”. Y una segunda etapa, desde el último cuarto del siglo XIII, en la que fue ampliado y fortificado en manos de los condes ampuritanos (para volver, en el siglo XV, a las de los abades de San Pedro), y en la que es llamado “castillo de San Salvador”.

El castillo de Verdera es un castillo roquero que aparece mencionado por primera vez en los documentos conservados en 904, como posesión de los condes de Empúries. Aunque esto permite suponer que este castillo ya existía al menos durante el siglo IX, la arqueología demuestra que sobre la cresta de la Verdera había habido una fortificación desde época remota.

El 974 el conde Gausfred I de Ampurias-Rosellón dotó el monasterio de Sant Pere de Rodes con importantes propiedades situadas a su alrededor, entre las que el castillo de Verdera, donación que fue confirmada por sendas bulas papales los años 974 y 990 y por un precepto del rey franco Lotario el 982. Pronto, sin embargo, el hijo y sucesor de Gausfred en Empúries, Hugo I, discutió esta merma de su patrimonio y ocupó bienes del monasterio, entre los que este castillo. El papa Benedicto VIII el conminó, con amenaza de las máximas penas espirituales, subsanar este hecho, y parece que finalmente el conde devolvió estos dominios al monasterio, con el que ya se había reconciliado el 1022, en el que asistió personalmente a la consagración de la nueva basílica, y así lo ratificó con nuevas donaciones en los años posteriores. El castillo de Verdera, que tenía un término amplio que comprendía el castillo de Bufalaranya (entonces llamado de Roca Negra), cerca de Roses, aseguraba la defensa y la autonomía del cenobio, y había convertido en una de las posesiones más valiosas. Probablemente entonces hay fue construida la iglesia de San Salvador, que siempre dependió eclesiásticamente del monasterio.

El castillo desde Santa Cruz de Rodas (N)
A finales del siglo XIII resurgieron las disputas entre el conde y el abad por la posesión de la fortaleza. Poco antes de 1283 el conde de Empúries Ponç Hug IV se ampara, en el marco de una política de recuperación del poder condal que lo llevaría a graves enfrentamientos con el obispo y con Jaume II. Las enérgicas protestas del abate llevaron, el 27 de febrero de 1283, a una concordia entre ambos por la que el conde confirmaba las donaciones de Gausfred. En el caso del castillo, se estipulaba que los condes podrían ocuparlo en caso de guerra, como de hecho ya se hacía.

La inminente guerra con Francia, derivada de la cuestión siciliana, motivaría que, en julio de ese año, el conde decide reconstruir el viejo castillo y renovar las defensas. A esta iniciativa corresponde el potente recinto amurallado y la torres del homenaje, situada junto a la antigua iglesia. Aunque no hay constancia, parece que los acuerdos de 1283 y los acontecimientos inmediatos establecieron de facto un condominio del castillo, que quedó permanentemente ocupado por los condes, si bien bajo la jurisdicción del monasterio.

La cruzada contra la Corona de Aragón de 1285 y la defección de la jerarquía eclesiástica, que dio apoyo a los cruzados franceses, facilitaron este statu quo. Bernat Desclot, en su Crónica, acusa directamente al abad de Sant Pere de Rodes de traición y explica cómo los invasores ocuparon el castillo en junio de 1285 y el retuvieron durante seis meses. Expulsados los franceses, San Salvador volvió a manos de Ponç Hug.

En 1299 la abadía recurre a los tribunales episcopales del obispo de Girona contra el conde de Empúries por múltiples ocupaciones de jurisdicciones y de bienes, entre las que se menciona la del castillo de San Salvador. La sentencia condenó el conde y la amenazó de excomunión (1301), forzándolo a firmar una concordia con el abad (1303) por la que renunciaba a todos los empleos a excepción de la de San Salvador, que continuó en situación de condominio tácito y en manos del conde. En su testamento (1309), Ponç Hug indemnizó Sant Pere de Rodes por la ocupación del castillo y le ofreció garantías de no agresión.

Ponç Hug V de Empúries, conocido como Malgaulí, cedió la castlania de San Salvador a Satrilla, que la mantuvieron hasta el 1374, en el que el conde Juan I de Ampurias recuperó el pleno dominio sobre la fortaleza. Personaje culto y brillante, Juan I tuvo predilección por San Salvador, desde donde podía contemplar todos sus dominios, y se hizo construir una estancia personal, seguramente en la torre del homenaje.

El 1402, con la extinción de la segunda dinastía de los condes de Empúries, el condado pasó a la corona, que poco después lo empeña a la Diputación del General. Es posible que estas circunstancias, más el Interregno y el cambio de dinastía que poco después siguieron favorecieran que el castillo retornara a manos efectivas del monasterio, ya que por el 1474 consta como posesión suya. A finales del siglo XVII, sin embargo, la documentación indica que volvía a estar en manos de los titulares del condado de Empúries, entonces los duques de Medinaceli. En esta época el castillo servía de vigía contra los piratas berberiscos.

Se supone que el castillo fue inutilizado militarmente, destruyendo buena parte de sus construcciones, por orden del mariscal duque de Noailles durante la expedición de rapiña en Sant Pere de Rodes que protagonizó en 1708, en plena Guerra de Sucesión.

mapa del castell de Verdera

ESTRUCTURA
El castillo ocupa el espacio, relativamente reducido y estrecho, del pico de la montaña y se adapta a las fuertes irregularidades rocosas del terreno. La planta es aproximadamente rectangular, con orientación NO-SE. La fortificación es importante para todos los lados mínimamente accesibles (NO, N, E y S) e inexistente en el SO, por donde el castillo está construido a raíz del risco. En este sector existe el “Salto de la Reina” (Leyendas).

La iglesia está situada en el punto más alto del castillo, en un pequeño llano sobre el pico de la montaña, y en el extremo S del recinto fortificado. Aunque anterior a la obra de 1283, quedó perfectamente integrada en esta última.

Era un templo reducido pero de aire monumental, de planta basilical, con tres naves, tres ábsides semicirculares y un pórtico. Se accedía por este pórtico, que comunicaba con la torre del homenaje, y por una puerta situada en el muro N. Se conservan restos importantes de los muros laterales, del frontis y del pórtico con su vuelta todavía en pie. El aparato de la iglesia, como el de todo el castillo, es de sillares rectangulares, pequeños y mal cortados, excepto en las esquinas.

El portal de entrada al castillo está situado en el N, en un entrante de la muralla protegida por una gran torre cuadrada y el O por otras torres más elevadas de planta semicircular y triangular, adaptadas al terreno y adosadas a la muralla.

El portal tiene una doble arcada para el rastrillo. Había sobre esta lleva una lápida conmemorativa de la reconstrucción de 1283 y de la expulsión de los cruzados franceses, con heráldica de Rodas y Empúries.

Al E, el castillo era protegido por una muralla imponente, con tres bestorres semicirculares ataludadas y tres de rectangulares imperfectos alternadas, más otra de rectangular en el extremo SE. Después de la segunda bestorre rectangular hay una poterna. Tanto el muro como las torres tienen largas aspilleras.

Un sector de muralla unía este sector con la torre del homenaje, situada en el extremo SO del castillo, al borde del risco, y adosada al frontis de la iglesia. El interior del recinto fortificado es amplio pero afectado por la gran irregularidad del terreno.

En el exterior del recinto, al NE del portal de entrada, hay una gran cisterna cubierta con bóveda apuntada y, cerca de ella, una fortificación. Igualmente, al S del castillo, sobre el monte de Sant Genís o del Águila, hay restos de una torre cierran redonda.

Se ha dicho que la obra del castillo de San Salvador andamio en 1283, de la que forman parte todos estos elementos con la única excepción de la iglesia, demuestra la asimilación de la nueva arquitectura militar de influencia oriental introducida en Occidente con las cruzadas.

LEYENDAS
Carlomagno habría reconocido la valentía del conde de Empúries, que por la gracia de Dios habría resistido con éxito un sitio al castillo de Verdera, permitiéndole utilizar excepcionalmente la expresión “por la gracia de Dios” en la intitulación oficial. El conde de Empúries sería, por esta causa, el único noble en Cataluña que emplearía este atributo de soberanía.

Junto S del castillo, abierta sobre el precipicio, hay una terraza natural sobre el risco, conocida popularmente como Salto de la Reina, que es protagonista de una leyenda similar a la del castillo de Siurana. Esta célebre leyenda ha llegado en diferentes versiones.

Según una de las versiones, quizás la más conocida, la última “reina” mora del sitio, una vez vencido y muerto su marido por los cristianos, habría intentado dirigir la resistencia con grave desacuerdo de su caballo que, enloquecido, se lanzó con ella risco abajo, y aún hoy serían audibles los lamentos de la dama al fondo del risco. En otra versión, la protagonista es la hija de un conde de Empúries que, enamorada de un pastor con el que habría tenido un hijo, de nombre Epicini, que sería uno de los monjes fundadores de Sant Pere de Rodes, e incapaz afrontar un matrimonio impuesto por el padre, habría suicidado saltando a caballo por el precipicio. En otra versión, el castillo es en manos de la condesa de Empúries, que se lanza al vacío con su caballo huyendo de la persecución amorosa del vizconde de Rocabertí. Y aunque una variante de esta última versión tiene por protagonistas una hija del conde emporità y el conde de Besalú.

En el castillo sería audible en ciertos días o noches el gemido del alma en pena de una condesa de Ampurias que en vida habría sido infiel a su marido. De hecho, el área del castillo, en la actualidad, tiene fama de ser propicia a los fenómenos paranormales.

Otras leyendas convierten la Verdera y sus alrededores en escenarios del ciclo del Santo Grial, en el que el castillo de San Salvador se convierte en el de Montsalvat y el de Quermançó, el del mago Klingsor.

https://ca.wikipedia.org/wiki/Castell_de_Verdera

Imágenes: British Library, SBA73.
Mapa: Tantarantana

Sant salvador de la verdera a Sant Pere de Rodes